La Boliviana

Estoy viajando, y estoy feliz. Por temas de trabajo, y también de placer, me tomé dos semanas para combinar mi ser productivo (mi sujeto de rendimiento, como diría la Chili, ¡qué tremendo concepto que se fajó, por cierto!) con el disfrute. Algunos de ustedes tal vez saben que me costaba mucho trabajo viajar por placer, al menos tenía esa idea. Pero como la vida es bella y todos somos susceptibles de cambiar, ahora descubrí cuánto disfruto estos momentos de viaje. Hoy por hoy estoy en Puno, un pueblo horrible a la orilla del majestuoso Lago Titikaka (aprendí que Titi significa Puma y Kaká Conejo). La foto que acompaña esta entrada la tomé en un lugar bellísimo, y la escogí porque ni crean que voy a acompañar la historia con las fotos que parecen tomadas en la entrada a Bogotá por la calle trece. Confieso que me chocó, al salir del aeropuerto de Juliaca (al lado de Puno), ver este par de pueblos que dejan a Sogamoso tan bien parado en lo que a Estética y urbanismo se refiere. Despué...