¡Ten confianza!
Hace muchos años, siendo muy niña, vi millones de veces la película "La
Historia sin fin". En algún momento leí también el libro de Michael Ende
en el que se basa, pero la verdad es que la película quedó grabada en mi
memoria y esas imágenes me han acompañado a crecer. Hay muchas cosas de la
película que recuerdo con mucha claridad, los personajes, las voces y algunos
momentos que marcaron, no sé por qué, las reflexiones sobre mi vida. Creo que, como todos los niños y niñas que vimos esa película, la muerte de Artax en el
pantano de la tristeza nos secó las lágrimas por varios meses, pero la parte de
la historia que más me marcó, y que me ha servido para asociar con otras
situaciones en mi vida, es el momento en que Atreyu llega al Oráculo del Sur. En ese lugar, Atreyu, debe pasar las dos puertas, que presentarán pruebas, para obtener la respuesta o las claves que le
permitirán salvar a Fantasía. La primera puerta es un espacio energético que
sólo se puede atravesar con confianza, de lo contrario, las esfinges, al
percibir el miedo del guerrero que se atreva a desafiarlas, lanzan por sus ojos
rayos mortales. La segunda puerta se trata de enfrentar un espejo, enfrentarse
a la propia imagen, reconocerse y no darse la vuelta. La prueba de esta puerta
es poder mirarse sin miedo y verse realmente. En la película vemos cómo un
caballero armado queda frito en la primera puerta pues pierde la confianza, o
duda de sí mismo. Allí, Atreyu se lanza a atravesar la puerta y, a pesar de sus
dudas, logra saltar y pasar los ojos de las esfinges. En la segunda puerta,
ante el espejo, se ve a sí mismo como el niño que lee el libro en un ático
polvoriento en su escuela. Allí se encuentran Atreyu y Bastian, y este debe entender que tiene las herramientas que necesita para seguir con su vida, y que no tiene que esconderse en ese ático pues es capaz de salvar su mundo. Su mundo que es su propia vida.
En varios momentos de la vida he pensado en esta película y en particular en
esta secuencia. Atreyu, que ha atravesado el mundo para poder llegar hasta el
oráculo que le responderá sus preguntas y le dará las claves para salvar su
mundo, se enfrenta a las pruebas que el oráculo presenta, y que consisten
básicamente en aprender a mirarse y en confiar en uno mismo. Como en la vida
misma acá en la tierra, esto no solo pasa en Fantasía. Hay que aprender a
mirarse, a conocerse, y sólo a través de ese proceso de autoconocimiento se
puede construir la confianza, la confianza inquebrantable en uno mismo que es
lo único que nos permitirá aceptar la vida con lo que venga, sin que nos derrumbemos
por dentro ni por fuera. La vida misma nos pide que pasemos esas pruebas, lo
bueno es que, en la tierra, las esfinges nos dan varias oportunidades. Nunca es
tarde, y los rayos que nos han tumbado pueden no ser muertes definitivas. Siempre
hay una oportunidad de renacer. La capacidad de resiliencia de los seres
humanos es real, pero se necesita coraje para darse cuenta de quién es uno y no
morir en el intento. Se requiere confianza en la vida para pasar frente al
oráculo del Sur y no quedar apanado en la entrada. Se requiere valentía para
verse al espejo y descubrirse tan humano, tan imperfecto, tan impermanente y
querer seguir en el intento.
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