Hace un año

Hace un año mi papá estaba vivo, yo vivía en Valledupar, tenía por delante un año de retos de trabajo porque aún estábamos abrumados por la pandemia, mi familia no se había enfermado, yo tampoco, y no sabíamos todo lo que venía por delante. Un año después me doy cuenta de cuanto he logrado aprender sobre mí misma. En este año que pasó muchas cosas no han pasado como quería ni como esperaba. Si pudiese devolver el tiempo tal vez pasaría todo exactamente igual, así pudiera pedirle al genio de la lámpara que algunas cosas cambiaran, pero no sería así, porque el genio me devolvería en el tiempo y yo no sería quien soy hoy, porque en ese momento no tenía el nivel de consciencia que tengo ahora, ni tampoco el conocimiento sobre mí misma que hoy comienza a volverse más claro para mí y me ayuda a estar más presente. Seguramente dentro de un año pasará lo mismo, pues esto de estar vivo es ciertamente un camino de aprendizaje. 

Hace un año todo habría sido igual porque hace un año yo era otra versión de mí misma. Por qué hoy me siento diferente? Qué me ha enseñado tanto sobre mi? la observación y aceptación de mis propias emociones. Entender que la ansiedad es una sensación invasiva que me nubla la mente y no me deja pensar bien. Entender que el miedo ha sido uno de los protagonistas de muchas de mis historias. entender de qué se trata la culpa, la victimización, el ego, el sufrimiento, todas esas cosas tan afianzadas en nuestras cabezas que nos logran llevar a melodramas de enormes proporciones. En este año he podido entender también que el amor y la amistad han sido mis salvavidas, que el viaje al centro de la tierra es el viaje al centro de uno mismo y que somos más grandes que todos los universos juntos, porque somos parte de ellos. Todo eso lo voy haciendo consciente y ahí voy, creciendo, aprendiendo. Dejando que la vida sea como es y no de otra manera. O al menos eso intento.

Hace un año la vida habría sido exactamente lo mismo que fue y creo que eso es liberador, porque nos evita la culpa, nos permite perdonarnos, nos permite aceptar que somos humanos y que estamos en un camino de aprendizaje, que no nos las sabemos todas y que siempre, siempre, hay algo que aprender, cualquiera que sea la situación, todo lo que nos sucede es una oportunidad de aprendizaje. Hace un año todo habría sido igual porque así tenía que ser, y este año que ha pasado ha sido uno de los más confrontadores momentos de mi vida. Y he crecido y hoy me siento agradecida. 

Extraño a mi papá, más que nada extraño a mi papá, sus cuidados, su presencia, su compañía, sus consejos. Lo extraño al infinito y agradezco siempre por haberlo tenido en mi vida, hace un año estaba conmigo, hoy no. Y así es la vida. Pero también entiendo que hace un año yo no estaba presente en mi propia vida y que poco a poco me voy recuperando, mi presencia para mí misma es cada vez más consciente y más consistente. Me reconozco vulnerable a mis emociones, pero también resiliente a ellas, soy y estoy hecha de cada momento, de cada año de vida, de cada persona que ha pasado por mi vida. Hoy agradezco no haber hecho nada distinto porque entiendo que así debía ser y la vida es lo que es. Que somo como somos, es lo que hay, y esta vida mía es un milagro. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mujer incómoda

El día de mi santo

Plenitud