Un fulano de Bumble

Como conté hace unos días, hice una incursión en Bumble, una de estas aplicaciones de citas que parecen ser la única manera de ampliar círculos sociales o de "ligar" como dirían los españoles. Fue un pésimo experimento, pues de lo que se cosechó, realmente no quedaron buenos sabores... Aunque no, la verdad es que sí, hay un buen sabor, el de la lección aprendida. 

Resulta que uno de los fulanos parecía estar interesado y nos vimos varias veces... Hasta que no nos vimos más. La historia es breve, muy breve, demasiado breve para ser memorable, pero vale la pena revisarla... Este fulano parecía una persona muy interesante, yo honestamente no sé qué me atrajo tanto, pero lo que hace, sus intereses, lo poco muy poco que supe de él me parecía fascinante y me daban ganas de mucho más que los encuentros casuales que él propuso... Yo, en mi cabeza loca, proyecté una historia y unas expectativas que claramente no correspondieron con la realidad, y cuando me enfrenté a la primera plantada, a la mentirilla pendeja para no vernos un fin de semana tras otro, a la comunicación errática y a su huidizo andar, comencé a entrar en ese estado ansioso que detesto de mí y que me hizo pararme ante la situación como la más necesitada de las mujeres... Nojoda, me sentí mal conmigo misma por mi papelón, reclamando encuentros y casi que pidiendo explicaciones a un fulano que no es nadie en mi vida y a quien apenas conocía,  porque realmente ni lo conozco. Me sentí tan mal por mi reacción que en un nuevo intento por llamar la atención del sujeto en cuestión, y tratar de salvar mi imagen, propuse un nuevo encuentro en el que, una vez más, me dejaron viendo un chispero... Lo bueno de esta ocasión es que no revire, no hice drama ni papelón, pero perdí lo que veía como una oportunidad de salvar mi ego herido de mujer que está tratando de lavar su imagen, pero que va, hay que reconocerlo, mi reacción fue perfectamente acorde con lo que debo trabajar: paciencia, expectativas, apegos.

Aunque me duele haber quedado como un cuero y haber sacado corriendo a este señor, creo que esa historia no tenía el más mínimo futuro porque ni yo misma sé qué quiero, no me termino de entender, y los encuentros a través de esas apps favorecen mucho estos encuentros casuales donde no hay ninguna intención de asumir el compromiso de conocer al otro ser humano que se nos presenta. Como me dijo Amada, es un juego. A esta altura del partido pues que el fulano se lleve esa idea de la loca ansiosa, qué se le va a hacer, al fin y al cabo algún día se le olvidará el episodio, tal vez eso ya pasó, tal vez nunca pase. Lo que es importante aquí, es que yo misma me termine de meter en la cabeza y en el alma que lo que yo quiero me lo debo dar a mí misma, que si yo quiero un amor bonito eso debe empezar por mí y debe ser para mí. La ansiedad que me generó ese breve encuentro con ese ser humano no fue poca y sí, pa qué, se me fueron las luces porque estaba desubicada en mis reclamos, porque mi apego me llevó a eso. Este tema no depende del señor, que seguramente tendrá esta manera de operar con las mujeres, eso es su problema, no el mío, mi tema es, una vez más, volver a recuperar el centro, volver a mi y dejar de pensar que en un encuentro con un macho estarán las soluciones a mis vacíos. 

Por ahí no es Karen, por ahí no es... Y creo que la ansiedad del episodio se debe a que aún genero expectativas y me monto historias porque aún estoy alineada con el amor romántico, porque aún me siento una princesa que necesita ser salvada... Y sí, necesito salvarme a mi misma de mí y seguir siendo libre ... Y amarme así como soy, sin maquillaje y sin bisutería .

Publicar esto es importante en este proceso y poner ésta foto, en la que no me gusta como me veo, hace parte del ejercicio, porque esto soy, esto tengo y esto soy, soy una mujer que camina por Macondo, en tennis y sin maquillaje, soy una mujer que se busca constantemente y si la idea es quererme, hoy decido quererme así como me ven.... Siéntanse libres, por favor, de comentar...



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