La belleza de rendirse

Hoy, por casualidad, llegué a una historia muy bella en Youtube. La narra una mujer en un idioma que no identifico. Habla, entre otras cosas, de la muerte, y del vacío que deja entre los vivos. En un momento esta mujer dice: "tu paisaje interior ha quedado irrevocablemente cambiado por la muerte". Y la entiendo perfectamente. La muerte de las personas queridas cambia la estructura del cuerpo y de la mente. No nos quedamos literalmente mancos, pero sí partidos, distintos. Glenda me lo dijo hace años, la vida cambia después de la muerte de alguien que representa tanto en la vida de uno. 

Además de las muertes como transición del ser en este plano, hay muchas otras formas de morirse. La vida está llena de cosas a las que debemos morir para renacer y transformarnos: comportamientos, creencias, versiones de uno mismo, historias, personas, trabajos. Y, esas muertes pequeñas, también duelen y cuestan trabajo. Lo he dicho en otras entradas, hay muchas muertes en una sola vida. Y cuando las decisiones implican pequeñas muertes, no es fácil dar esos pasos. Rendirse a la vida, aceptarla como es, no luchar, no querer cambiar nada, decidirse por la aceptación completa, todo eso implica rendirse, entregarse ... Irse... Y, una vez uno se ha rendido, dejar que pase lo que tenga que pasar, por el cuerpo y el espíritu, lo que sea. Y creo que aquí reside buena parte de la resistencia a ciertas decisiones, pues uno sabe, uno sabe lo que viene por delante... una muerte, y su respectivo duelo.

Rendirse a las emociones es un ejercicio complejo. A nadie le gusta entregarse por completo a la tristeza o la ansiedad, pero, según el Buda, rendirse a una emoción es parte de aceptarla, y así, transformarla. La belleza de rendirse está, cómo dice la señora del vídeo, en que una vez uno se entrega, todo se transforma.

If I only surender...

Ojalá fuera fácil rendirse a las emociones. Debería ser más fácil, pero hay emociones que son terriblemente incómodas, que uno no quisiera vivir nunca. Y por eso se evitan y se evitan y se evitan ... Y por eso se aplazan, y se aplazan, y se aplazan las decisiones que sabemos que tenemos que tomar. Porque la incomodidad es muy grande.

Éstas emociones que traen las pequeñas muertes también cambian el paisaje interior, y esos espacios vacíos habrá que llenarlos de otras cosas.

If I only surender...

What if the cure for this is turning within...





Comentarios

Entradas populares de este blog

Mujer incómoda

El día de mi santo

Plenitud