Principe y Pirula

El cierre de la casa de mi abuela paterna nos dejó herencias a todos. Yo, por ser la que siempre ha tenido perros, heredé una misión: darle sepultura final a los dos perritos de mi tía Fanny, que estuvieron en su estudio, disecados, por más de 30 años. Uno si se mete en vainas raras. 

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