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ACEPTA

ACEPTA, KAREN, ACEPTA, así, con mayúsculas sostenidas como lo hace mi jefe cuando quiere enfatizar en algo.  Uno de los problemas en mi vida, y la causa de una enorme parte de mis sufrimientos es la falta de aceptación.  Como dice mi aplicación de meditación: "está la vida que tenemos y la quisiéramos tener, entre más te aferres a la segunda, más sufres" ... no es la frase exacta, pero es algo así, y el mensaje es contundente.  No aceptar es infantil, es una actitud caprichosa e infantil.  Entonces, pues toca madurar, crecer no solo en años sino en espíritu. Aceptar la vida que tenemos, soñar la vida que queremos y trabajar por ella. Aceptar con gracia, sin resignarse a lo que no queremos y sin rendirse. La vida siempre puede ser mejor. 

Crónicas

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Hace unos años, en la maestría, una profesora de metodologías nos pidió, como parte de los ejercicios de escritura, hacer una crónica personal en la que contáramos cómo nos hemos relacionado con la muerte y el conflicto armado. Se las comparto en esta entrada.  Gracias por leerlo. Mi vida en El Salado: mi aprendizaje sobre la vida, la muerte y la reconciliación en los Montes de María. Hace más de 3 años, en Junio de 2014, llegué por primera vez al corregimiento El Salado en los Montes de María. Había oído hablar mucho de este lugar en noticias pues allí se vivió uno de los episodios más crueles de la guerra en el país: la masacre que durante 5 días perpetraron más de 400 paramilitares y en la que murieron 60 personas según las cifras oficiales. Recuerdo mucho oír sobre este episodio en programas de radio, en particular en la W, y recuerdo que Julio Sánchez lanzó una campaña para que, como un acto simbólico de solidaridad, los colombianos compráramos y portáramos una pulserita que s...

Temeridad

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Hoy una amiga linda puso en su estado una fotico que decía que uno debía contar historias llenas de hechos y hacer a la gente pensar, soñar, sentir con lo que uno vive, experimenta...me puse a pensar en mis entradas a este blog, y en que llevo un rato manifestando y expresando un estado de ánimo de mierda, y que realmente no cuento nada. Eso pasa cuando uno no hace mucho más que quedarse encerrado como un  hámster dando vueltas en una ruedita que, en este caso, es mi propia cabecita. Le doy vueltas y vueltas a las mismas vainas over and over y así no se van a resolver, lo sé. Hoy pasé la tarde con mi mamá, cosa que no hacía hace muchísimo tiempo. Está enferma con una vaina dolorosa y jarta y la verdad yo al comienzo no le creí. Cuando llegué a su casa, iba pensando en que debería ser más compasiva y tranquila con ella, que tiene 80 años, que ha hecho mil vainas por nosotros y que está enferma, asustada y angustiada. Pensé en mi propia angustia y en lo horrible que se siente la ansi...

Feroz

Hace unos meses entré a un club de lectura. La experiencia ha sido maravillosa pues me ha permitido conocer autores que nunca habría leído, recuperar de manera más contundente este hábito que me conecta conmigo y con las cosas que me gustan, y participar en un espacio de conversación muy enriquecedor con mujeres mexicanas con las difícilmente habría coincidido. El libro de este mes se llama Maniac, de Benjamín Labatut, y relata las historias de vida (noveladas) de grandes científicos. Anoche llegué a un apartado en el que utilizaban el adjetivo Feroz para describir la personalidad de uno de estos genios húngaros que cambiaron el curso del mundo con sus investigaciones matemáticas y la teoría de juegos. Cosas de las que realmente poco o nada entiendo. Feroz... Me gusta esa palabra. La había oido muchas veces, pero no me había detenido a pensar en lo contundente que resulta como adjetivo para describir una personalidad. Después de leer el capítulo, tuve una sesión de terapia y, hurgando...

Crisis Existenciales

Ustedes perdonarán la intensidad, pero en momentos de crisis existenciales no hay como la escritura. Al menos para mí ha resultado ser un salvavidas. Mañana me voy a Lima y agradezco en el alma este viaje repentino que me obliga a salir del país, de mi casa, de la rutina que me está consumiendo. En dos ocasiones había tenido trabajos "estables", contratos con la condición de ir a diario a una oficina a cumplir un horario. La primera vez hace más de 10 años, pero me la pasaba en trabajo de campo, iba muy poco a la oficina y sí recuerdo, muy vividamente, que las tardes en la oficina me resultaban insoportables. Años después, en Valledupar, viví apenas unos meses de esa rutina. Me las arreglé para ir mucho a campo, lo que me ayudaba a estar menos tiempo en la oficina (que los viernes a las 2 de la tarde era un lugar caliente e insoportable) y a los pocos meses comenzó la Pandemia y la historia que ya conocemos todos.  Ahora, justo cuando estamos en estas crisis en el mundo de la...

Los ritos y las mermeladas

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Hoy caminaba con mis perritos en la mañana y sentí el sonido de un Mariachi. Me di cuenta que era en la iglesia del barrio, donde se hacen muchas honras fúnebres. Al finado le estaban dando una última serenata con Mariachis en la puerta de la iglesia, antes de entrar con el féretro al rito de despedida. Hubo varias dedicatorias y palabras sentidas. Yo, que tenía la chaqueta fucsia a la que me mudo los fines de semana porque es cómoda y caliente, trate de hacerme detrás de un arbolito para poder oir los discursos y las despedidas sin que me notaran. El mejor amigo del finado le dedicó una canción y no lloró ni una vez. Alcancé a pensar en que el día que se muera algún amigo (alguno más cercano de los que ya se han muerto) yo no sé si podría cantar sin romperme en llanto. Pero nadie nunca sabe cómo se va a portar en una situación de esas. Seguí caminando por las tres calles que más me gustan de mi barrio y oí muchos pájaros, el aire estaba frío después de un fuerte aguacero de toda la no...

SARA MILLEREY

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Ayer leí una noticia que me estremeció. Debo confesar que leí y vi más de lo que debía, y las imagenes de este crimen me tienen perturbada. Sara Millerey, era una mujer trans que fue brutalmente golpeada por un grupo de hombres en Bello, Antioquia. Después de fracturar sus brazos y piernas la tiraron en una quebrada donde, increible de creer, fue víctima de más crueldad, pues la grabaron pero nadie la ayudó. Cuando los bomberos la encontraron aún estaba con vida, pero poco después se murió.  A Sara, como a todas las demás mujeres víctimas de feminicidio, y transfeminicidio, la mataron no solo ese grupo de personas inconscientes e intolerantes que la golpearon, la mataron los miserables que la grabaron, y todos nosotros en la sociedad, por indolentes, por violentos, por omisión.  Hace unos meses también publiqué una entrada que se relacionaba con un feminicio, uno que pasó en las narices del público en un centro comercial de Bogotá y que, además, estaba anunciado.  No pued...