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Mostrando entradas de septiembre, 2021

Un lunes en la playa...

Estoy de visita por Santa Marta, compartiendo tiempo con mi tía favorita de la vida, y pasando tiempo en la casa que mi papá y ella compraron hace muchos años. Acá pasé mucho tiempo con mi padre, acá en esta casa tengo recuerdos lindos con mi familia de cuando era niña y no tenía tantas preocupaciones y agobios. Siento una nostalgia enorme por todos los recuerdos que me llegan de mi padre. He aprovechado esta visita para recordar a mi papá, para tratar de volver a conectarme conmigo, para ver el cielo, ver el mar (de lejos) y conversar con mi tía. Le he preguntado mucho sobre la historia de mi familia, sus padres y sus abuelos, personas a quienes no conocí, pero de quienes recibo una herencia de genética y una carga de Karma, de lealtades y de tantas herencias aprendidas que cargamos encima y no nos damos cuenta. Siendo o no esotérico, creyendo o no en la reencarnación (yo por lo menos todavía no entiendo del todo la reencarnación), no se puede negar que lo que aprendió mi bisabuela se

Pachamamicas visiones

Hoy empezó la fase de la luna llena. Hoy me he sentido algo incómoda todo el día, algo desajustada, me estaba sintiendo mucho mejor en general la semana pasada, y un día de estar bajita de nota me hace sentir que me devuelvo en el proceso. Sin embargo, hace unos minutos noté que el cielo se había despejado y que la luna brillaba, grande, blanca, redonda, con un halo de luz azulada alrededor, y por primera vez en mi vida entendí el impulso de algunas de mis amigas de aullarle a la luna. Esa expresión, el AAUUUUU, que muchas de mis amigas y algunas de sus amigas utilizan para referirse a ciertos temas en los que nos referimos a la mujer salvaje, o como reafirmación de ciertas cuestiones, sobre todo en conversaciones sobre el feminismo y nuestro camino en este mundo como mujeres, la verdad me era una manifestación ajena, un poco incomprensible. Pero hoy, vi la luna, le agradecí su luz y su fuerza, le pedí a ese cuerpo que ilumina el sol y que representa lo infinito de este universo que me

¡Ten confianza!

Imagen
Hace muchos años, siendo muy niña, vi millones de veces la película "La Historia sin fin". En algún momento leí también el libro de Michael Ende en el que se basa, pero la verdad es que la película quedó grabada en mi memoria y esas imágenes me han acompañado a crecer. Hay muchas cosas de la película que recuerdo con mucha claridad, los personajes, las voces y algunos momentos que marcaron, no sé por qué, las reflexiones sobre mi vida. Creo que, como todos los niños y niñas que vimos esa película, la muerte de Artax en el pantano de la tristeza nos secó las lágrimas por varios meses, pero la parte de la historia que más me marcó, y que me ha servido para asociar con otras situaciones en mi vida, es el momento en que Atreyu llega al Oráculo del Sur. En ese lugar, Atreyu, debe pasar las dos puertas, que presentarán pruebas, para obtener la respuesta o las claves que le permitirán salvar a Fantasía. La primera puerta es un espacio energético que sólo se puede atravesar con confi

Aprender y aprender y aprender y seguir aprendiendo

Hay ocasiones en las que la embarramos, y no nos damos cuenta. Estamos tan metidos en nuestros pensamientos, en nuestras emociones, en nuestros diálogos mentales y no notamos que la vida alrededor sigue. La voz en la cabeza, el diálogo mental nos impiden ver que el mundo afuera sigue girando, que el cielo sigue ahí, que respiramos, que hay agua, que hay luz. No nos damos cuenta que la embarramos con nosotros mismos cuando, por falta de control y autocuidado, nos dejamos llevar por emociones y pensamientos equivocados, nos sentimos atrapados en una corriente sin control, sin darnos cuenta que tenemos el flotador a la mano.  La vida es un viaje de aprendizajes...

Escaparse y volver a encontrarse

A veces escaparse es necesario. A veces es necesario salir de los espacios cotidianos para recordarnos quienes somos y que la vida es más que esperar sentado a que las horas pasen. En mi circunstancia actual, estar en  mi casa se hizo insoportable, y gracias a mis amigas me pude escapar por unos días. Mis amigas son ángeles, luz, amor y compañía, son un polo a tierra, son una voz que llama a la cordura. Afrontar en soledad el duelo por la muerte de mi papá no ha sido tan fácil, y soy muy consciente de la compañía que ofrecen familia y amigos en la distancia, la soledad física es la que más me está costando en estos momentos, y por eso me escapé. Pasé unas semanas de reconfortante conexión con el cariño de mi gente, las historias que me recuerdan quien soy, la deliciosa compañía de los amigos, las charlas, las risas, los planes, y todo esto me animó y me devolvió algo de calma. Me escapé unos días de la soledad de mi casa, pero no me escapé de la sensación de vacío y de miedo que me ha

La angustia de domingo

Hace unos años se murió el papá de mi amigo Andy. Cuando hablé con él, unos días después del funeral, me decía que lo que más le costaba era llenar los espacios que habían compartido con rutinas de llamadas o visitas. Hoy lo entiendo perfectamente. Hace unos años le conté a mi papá que yo sufría de este mal de tripas que llaman "angustia de domingo". Mi papá lo había oído, pero me confesó que yo era la primera persona de la que sabía que sufría este estado. Yo no sabría describir muy bien si esto es un estado físico, mental o del alma, creo que es una emoción que abarca un poco de los tres. Es un poco de ansiedad, mucho de proyección y miedos del futuro cercano, falta de calma, algo de desasosiego, algo de melancolía, algo de locura, algo de hambre, algo de sed y un hueco en el estómago que no se llena con nada. Desde ese día que le conté a mi padre que yo padecía esta vaina, él procuraba llamarme los domingos alrededor de las 6 de la tarde para charlar, ahora esos espacios d

Conmemoraciones

Hace dos meses se murió mi papá. Yo siempre tuve mucho miedo de este momento, me asustaba hasta pararme los pelos pensar en que mi papá se fuera de este plano, y hace dos meses se fue.  Yo no sé cómo describir lo que siento. No creo que nadie que no lo haya vivido alcance a entender el vacío que genera la orfandad. Yo lo siento como un hueco frío en el estómago que me produce mucho desasosiego. Una tristeza que se instaló en mis huesos y que no sé cómo sacudir. Yo disfruté mucho su vida y agradezco infinitamente a todos los dioses y a la vida por haberme dado ese papá, pero esto de despedirlo está difícil. La ausencia es algo difícil de aceptar, el vacío es algo difícil de soportar. La muerte es difícil de asimilar. No sé cómo describir este sentimiento, esta sensación de angustia y pánico, esta vaina entre las tripas y la piel. Que cosa horrible!  Las conmemoraciones de las fechas importantes son parte de los ritos de paso que las sociedades han creado para marcar momentos de cambio,